Un motivo de discusión frecuente se produce cuando hablamos de Profesionales. Deseamos abrir un debate en torno a esta particularidad para que se entienda a qué nos referimos cuando hablamos de alguien y lo calificamos como tal.
Por supuesto, al decir Profesional nos referimos a la persona que Profesa una determinada actividad, especialmente basada en un oficio. Luego consideraremos si es un buen profesional porque desarrolla todas las normas técnicas y éticas dentro de ella, especialmente si es exitoso y logra alcanzar un nivel apreciable de distinción.
Por lo tanto, si esa persona, que se considera Profesional, además ejerce otra actividad u oficio, o como medio de subsistencia económica desarrolla una actividad diferente, No deja de ser Profesional, sino, véase el caso de personas que ostentan dos títulos diferentes como ser Ingeniero y Abogado al mismo tiempo. Nos preguntamos, un título invalida al otro?, si ejerce una función no puede hacer otra actividad?. Sencillamente fuera de lugar es pensar que No.
Por todo esto, en virtud de artistas que permanentemente discuten sobre el particular, y nunca se llega a un acuerdo, les rogamos tengan en cuenta lo que hemos expuesto y nos envíen su opinión al respecto.
Profesional es el que desarrolla una actividad y oficio determinado. Si lo hace con talento, calidad, exitosamente, o no, es problema suyo, lo calificará un ente superior, una escuela, otro profesional o sencillamente en nuestro caso el público, juez que no admite sino lo que vé y recibe del artista, y lo considera profesional, desconociendo si posee títulos, si realizó cursos, tan solo porque su acto fue agradable y mereció el aplauso como premio.
En nuestro caso, los ventrílocuos, ¿quién puede calificar a quien?, ¿quién es maestro, ¿quién es profesor?.
Nuestro presidente, Miguel Ángel Lembo, enseña el arte, ha publicado un libro que ya va por la segunda edición que resultó exitosa, fue adquirido en otros paises, llegó a Osaka, Japón. sin embargo él mismo se autocalifica diciendo que No es Profesor ni Maestro de Nada, que solamente escribió su propia experiencia, liberó secretos, en la intención de divulgar el arte que no es misterio sino técnica pura acompañado de la influencia de los factores positivos del actor o ser humano que la practica, nada más. Por su parte, el mismo Miguel con su muñeco Pascualito realiza presentaciones como todos los demás, con las mismas alternativas de ser o no agradable, intenta superarse, tiene las mismas vivencias que los demás, y justamente, pese a tener otras actividades no deja de ser un Profesional, evidenciando vocación por lo que hace, y lo demuestra.
Otro caso para destacar y el más reciente es el de Daniel Riera, destacado periodista y escritor, no hay quien lo dude, hasta el mismo CIVEAR recibió el impulso que este hombre le dio a través de uno de sus excelentes libros, BUENOS AIRES BIZARRO, ¡con qué talento escribió!, en qué forma plasmó nuestro verdadero sentir, las formas de la ventriloquia y sentir de los ventrílocuos. Él mismo, se influenció, hoy es un ventrílocuo que no solo realiza una buena técnica sino que en un plazo mucho menor al de otros que se titulan profesionales, alcanzó un nivel de calidad exquisito en cuanto a presentación, desarrollo, puesta en escena y todo de su propia producción, con singular éxito, ¿es o no un profesional?, ¿debe dejar sus demás éxitos como la revista Barcelona leída en todo el país?, ¿debe dejar de escribir sus libros que día a día surgen con renovada calidad?, no podemos ser ridículos o mediocres para minimizar o discriminar a nadie, ¿quién otorga la credencial de Ventrílocuo Profesional?
Entonces no escuchemos el canto de sirenas porque estas no existen, cada uno debe tener conciencia de quién es, cuales son sus logros, y ser honesto a la hora de reconocerse como artista, es importante la humildad y no verse parado en la cresta de una ola de utilería o subido a un caballo de calesita, con eso no se convence a nadie, Hechos y no Palabras o producciones fotográficas, ediciones de video falsas del mismo estilo que las escenografías de Hollywood donde se observa el frente de una poderosa mansión, sin embargo es una fachada sostenida por maderas por detrás, donde NO HAY NADA.
El Círculo Ventrílocuos Argentinos, CIVEAR, admite a profesionales, aficionados, aprendices, y hasta amigos que deseen relacionarse con ventrílocuos por sola simpatía, todos tienen cabida, a nadie se discrimina, y en su web permite que quien desee publicar su trabajo lo haga, por supuesto abona por ello para colaborar con el fondo económico de la comunidad, corriendo por su cuenta la calificación que surja a posteriori por parte de la persona que lo contrata.
La preocupación mayor del CIVEAR, es fomentar la ventriloquia, tejer su historia en la Argentina, formar nuevos artistas, ayudarles a corregir y aumentar sus conocimientos, compartiendo cada experiencia, el que más sabe o logró mejorar su acto se lo transmitirá al que no puede hacerlo por sí solo, le ayudará, pero jamás lo discriminará, es concreto que el CIVEAR es una asociación cultural y no comercial, que en todo caso sí se puede desprender de su actividad y por el acercamiento del público, la posibilidad de ser contratados, pero no es el fin determinante. En el CIVEAR nadie posee pedestales, ni podio con el número uno a sus piés, y lamenta que existan algunos que se lo crean, eso sucede porque como dijera el poeta Homero Expósito, SE MIRAN AL ESPEJO Y NO DESDE EL ESPEJO.