No existe. Quién de los señores profesionales de puede arrogar semejante calificativo?, de hecho, si lo hace, es la primer prueba que no lo es, porque se mira al espejo y no desde el espejo, presta atención y cree en su propia vanidad.
El público o los mismos colegas podría aventurarse a calificar a un artista ventrílocuo diciendo que es el mejor. Los primeros lo harían en base al impacto que recibieron por la actuación de determinado artista. Los segundos lo harán teniendo en cuenta sus técnicas y habilidades.
Al público tampoco se le pueden aceptar esas determinaciones, porque éste no es igual en todos los casos. Lo que quiero significar que existen varias clases de público o lo que denominamos target al que va dirigido un mensaje.
Haciendo una gran división para no hilar demasiado fino, podemos hablar de público infantil, adolescente, adulto y dentro de esta categoría, subdividirlos por el promedio de edad, podríamos llamarlos jóvenes y mayores de edad,
Luego también se debe tener en cuenta el ámbito donde se desarrollará el espectáculo, fiesta infantil, cumpleaños de 15, casamiento, empresarios, despedidas de solteros, y así continuar segmentando a los destinatarios de nuestro espectáculo.
Por parte de los artistas ventrílocuos, cada uno y a medida que avanza en edad y experiencia en la profesión va construyendo su propia personalidad, es el punto en el que se encuentra cómodo, donde el acto le resulta natural, por no llamarlo fácil, sino que lo maneja con soltura y especialmente con vivencia, lo que sería acercarse al punto máximo de su calidad. Pero como siempre digo, a ese punto no se llega nunca, siempre se está aprendiendo algo nuevo, y de la verdadera vocación, de la creatividad dependen los resultados.
De la misma forma, y en esto ya es algo más severo, se debe tener en cuenta qué tipo de humor se ha de desarrollar. El humor cambia con tan solo unos kilómetros de distancia. El humor caracteriza el folklore de una región, por los defectos de sus costumbres, por las cosas graciosas que ocurren en determinado lugar, lo podríamos llamar autóctono. No a todos nos resulta comprender por qué esa gente se ríe de algo que a nosotros no nos mueve un pelo, y por supuesto, se están riendo de sí mismos, por la picardía que hallan en los comentarios, diálogos, diría que hasta se alegran de resaltar sus propios defectos y convertirlos en cuestiones cómicas.
Por esa razón siempre aconsejo no estar pendiente de los videos de la página youtube, especialmente cuando son artistas extranjeros. Sí verlos para tomar ideas de sus shows, no para copiarlos, sino para continuar un buen proyecto, o aprovechar algo para el propio, no copiar, de última imitar, solo se imitan las cosas buenas y aún las malas con sus propios resultados, hay mentes para todo.
El prestigioso Jeff Dunham por ejemplo, realiza una serie muy buena de accesorios en su presentación, diversos muñecos, voces, gags, el humor propio de su comunidad que si lo tradujéramos tal vez no nos sería tan gracioso y pensaríamos de qué se ríen, y ellos tendrían una situación parecida con respecto a nosotros. Pero yo he escuchado hablar maravillas de Jeff Dunham, mas ningún colega hizo hincapié en su mala técnica, nadie me comentó que algo que debe dominar el ventrílocuo es su rostro, no solo el hablar con la boca semicerrada, sino que mientras habla el muñeco, él no puede dejar de gesticular, poner caras de asombro, sonreír, las caras que pondría habitualmente en un diálogo normal con otro ser humano. El mencionado artista cada vez que habla el muñeco cierra la boca y le quita la naturalidad al diálogo. Por favor, no quiero escuchar la mediocre y vulgar aceptación de algunos artistas que repiten a cada momento “que mientras el público se ría y el espectáculo sea bueno, eso es lo de menos”, es muy pobre y poco profesional pensar así, es solo para poder ocultar, o justificar la propia discapacidad para realizar la técnica, el poco interés por el arte, su indiferencia o desgano por asumir que con estudio y esfuerzo lo puede lograr, solo que no lo desea por comodidad.
Yo veo artistas que cierran la boca y aprietan los labios y parecen que sufrieran hemiplegia, otros que se plantan una sonrisa y hasta cuando hablar que se les murió la madre siguen con la sonrisa, porque no se animan a cambiar la técnica, a estudiar y esforzarse por demostrar que la ventriloquia es una forma de arte actoral. No, directamente muchos se encasillan en el ventrílocuo que se para frente al micrófono y dispara preguntas y respuestas en ping pong, parecen rematadores gritando como locos, con muñecos histéricos para lograr un aplauso fácil y en base a rutinas donde el arte queda relegado a las palabras relajantes, soeces, agresivas, insultantes, picardías de baja estofa y luego arrancan aplausos de otros que tienen su misma característica intelectual y que no justamente son la mayoría, son su target, son su público, esto ocurre actualmente en televisión, donde nuestro querido Chasman hoy sería corrido a palos, porque él hacía humor actoral, hacía ventriloquia para gente normal , ese era su target. Pero la historia cambió, ahora el vértigo, la desfachatez y la mal entendida libertad de expresión, nos pretende sumir a todos en un mismo caldo realizado con aguas servidas.
Yo invito a los señores profesionales a no bajar los brazos. Sí se pueden realizar todo tipo de shows, para cada clase de público, darle a cada uno lo que pida, estoy de acuerdo, pero no que por ser triunfador en una mínima comunidad ya el artista se pueda sentir El Mejor Ventrílocuo, ni lo sueñe, porque su mismo espectáculo con otro tipo de público le puede deparar un mal momento y queda muy feo dejar de ser payaso para convertirse en ridículo, el primero es un actor, el segundo un pobre imbécil.
Voy a dar para finalizar dos ejemplos que considero válidos en cuanto a dos artistas fallecidos, a quienes conocí personalmente, admiré porque eran muy buenos los dos, solo que uno tuvo mejor prensa y su espectáculo cautivaba a la sociedad en general y el otro estaba limitado a un sector comprendido por un público especial, la gente de la noche, la de la diversión eterna.
Ellos eran Mr. Chasman, y Chirolita, y el otro Javier padre y Jaimito. Dos grandes, no había competencia entre ellos, el primero desarrollaba especialmente la parte actoral, el segundo manejaba su espectáculo con una maestría increíble, cantaba perfectamente, afinado, con talento, con un humor particular, dominaba al público, yo estuve parado a su lado durante un show completo y quedé maravillado, hoy, su hijo sigue la misma senda, gran imitador y con personalidad. Chasman por su parte dejó la herencia en artistas como Marcelo y Cirilo, Carlos Magó y Cholito y si me permiten, un poquito a mí, pues si bien en diez años de amistad no me enseñó nada en forma directa, pude tomar de él muchas cosas positivas, las mismas que me animaron a escribir esta nota. Sé que Chasman soñaba con actuar en teatro como lo estoy haciendo yo actualmente, él no lo logró porque no se dio, tuvo tantas cosas pero eso que anhelaba no se le dio, Dios sabrá por qué, pero sí, aseguro que cada vez que voy a salir al escenario pienso en él, y cuando recibo e aplauso final miro hacia arriba y se lo dedico con todo mi corazón, sé que me está acompañando, él fue quien cuando me conoció me aprobó diciendo que le agradaba mi técnica, lo mismo que luego hizo el gran Wilson De Caro, pero solo lograron que a partir de ese momento me preocupara en seguir estudiando y preocupándome para no perderla y especialmente para transmitirla, sin egoísmos y por el bien del mismo arte.
El público o los mismos colegas podría aventurarse a calificar a un artista ventrílocuo diciendo que es el mejor. Los primeros lo harían en base al impacto que recibieron por la actuación de determinado artista. Los segundos lo harán teniendo en cuenta sus técnicas y habilidades.
Al público tampoco se le pueden aceptar esas determinaciones, porque éste no es igual en todos los casos. Lo que quiero significar que existen varias clases de público o lo que denominamos target al que va dirigido un mensaje.
Haciendo una gran división para no hilar demasiado fino, podemos hablar de público infantil, adolescente, adulto y dentro de esta categoría, subdividirlos por el promedio de edad, podríamos llamarlos jóvenes y mayores de edad,
Luego también se debe tener en cuenta el ámbito donde se desarrollará el espectáculo, fiesta infantil, cumpleaños de 15, casamiento, empresarios, despedidas de solteros, y así continuar segmentando a los destinatarios de nuestro espectáculo.
Por parte de los artistas ventrílocuos, cada uno y a medida que avanza en edad y experiencia en la profesión va construyendo su propia personalidad, es el punto en el que se encuentra cómodo, donde el acto le resulta natural, por no llamarlo fácil, sino que lo maneja con soltura y especialmente con vivencia, lo que sería acercarse al punto máximo de su calidad. Pero como siempre digo, a ese punto no se llega nunca, siempre se está aprendiendo algo nuevo, y de la verdadera vocación, de la creatividad dependen los resultados.
De la misma forma, y en esto ya es algo más severo, se debe tener en cuenta qué tipo de humor se ha de desarrollar. El humor cambia con tan solo unos kilómetros de distancia. El humor caracteriza el folklore de una región, por los defectos de sus costumbres, por las cosas graciosas que ocurren en determinado lugar, lo podríamos llamar autóctono. No a todos nos resulta comprender por qué esa gente se ríe de algo que a nosotros no nos mueve un pelo, y por supuesto, se están riendo de sí mismos, por la picardía que hallan en los comentarios, diálogos, diría que hasta se alegran de resaltar sus propios defectos y convertirlos en cuestiones cómicas.
Por esa razón siempre aconsejo no estar pendiente de los videos de la página youtube, especialmente cuando son artistas extranjeros. Sí verlos para tomar ideas de sus shows, no para copiarlos, sino para continuar un buen proyecto, o aprovechar algo para el propio, no copiar, de última imitar, solo se imitan las cosas buenas y aún las malas con sus propios resultados, hay mentes para todo.
El prestigioso Jeff Dunham por ejemplo, realiza una serie muy buena de accesorios en su presentación, diversos muñecos, voces, gags, el humor propio de su comunidad que si lo tradujéramos tal vez no nos sería tan gracioso y pensaríamos de qué se ríen, y ellos tendrían una situación parecida con respecto a nosotros. Pero yo he escuchado hablar maravillas de Jeff Dunham, mas ningún colega hizo hincapié en su mala técnica, nadie me comentó que algo que debe dominar el ventrílocuo es su rostro, no solo el hablar con la boca semicerrada, sino que mientras habla el muñeco, él no puede dejar de gesticular, poner caras de asombro, sonreír, las caras que pondría habitualmente en un diálogo normal con otro ser humano. El mencionado artista cada vez que habla el muñeco cierra la boca y le quita la naturalidad al diálogo. Por favor, no quiero escuchar la mediocre y vulgar aceptación de algunos artistas que repiten a cada momento “que mientras el público se ría y el espectáculo sea bueno, eso es lo de menos”, es muy pobre y poco profesional pensar así, es solo para poder ocultar, o justificar la propia discapacidad para realizar la técnica, el poco interés por el arte, su indiferencia o desgano por asumir que con estudio y esfuerzo lo puede lograr, solo que no lo desea por comodidad.
Yo veo artistas que cierran la boca y aprietan los labios y parecen que sufrieran hemiplegia, otros que se plantan una sonrisa y hasta cuando hablar que se les murió la madre siguen con la sonrisa, porque no se animan a cambiar la técnica, a estudiar y esforzarse por demostrar que la ventriloquia es una forma de arte actoral. No, directamente muchos se encasillan en el ventrílocuo que se para frente al micrófono y dispara preguntas y respuestas en ping pong, parecen rematadores gritando como locos, con muñecos histéricos para lograr un aplauso fácil y en base a rutinas donde el arte queda relegado a las palabras relajantes, soeces, agresivas, insultantes, picardías de baja estofa y luego arrancan aplausos de otros que tienen su misma característica intelectual y que no justamente son la mayoría, son su target, son su público, esto ocurre actualmente en televisión, donde nuestro querido Chasman hoy sería corrido a palos, porque él hacía humor actoral, hacía ventriloquia para gente normal , ese era su target. Pero la historia cambió, ahora el vértigo, la desfachatez y la mal entendida libertad de expresión, nos pretende sumir a todos en un mismo caldo realizado con aguas servidas.
Yo invito a los señores profesionales a no bajar los brazos. Sí se pueden realizar todo tipo de shows, para cada clase de público, darle a cada uno lo que pida, estoy de acuerdo, pero no que por ser triunfador en una mínima comunidad ya el artista se pueda sentir El Mejor Ventrílocuo, ni lo sueñe, porque su mismo espectáculo con otro tipo de público le puede deparar un mal momento y queda muy feo dejar de ser payaso para convertirse en ridículo, el primero es un actor, el segundo un pobre imbécil.
Voy a dar para finalizar dos ejemplos que considero válidos en cuanto a dos artistas fallecidos, a quienes conocí personalmente, admiré porque eran muy buenos los dos, solo que uno tuvo mejor prensa y su espectáculo cautivaba a la sociedad en general y el otro estaba limitado a un sector comprendido por un público especial, la gente de la noche, la de la diversión eterna.
Ellos eran Mr. Chasman, y Chirolita, y el otro Javier padre y Jaimito. Dos grandes, no había competencia entre ellos, el primero desarrollaba especialmente la parte actoral, el segundo manejaba su espectáculo con una maestría increíble, cantaba perfectamente, afinado, con talento, con un humor particular, dominaba al público, yo estuve parado a su lado durante un show completo y quedé maravillado, hoy, su hijo sigue la misma senda, gran imitador y con personalidad. Chasman por su parte dejó la herencia en artistas como Marcelo y Cirilo, Carlos Magó y Cholito y si me permiten, un poquito a mí, pues si bien en diez años de amistad no me enseñó nada en forma directa, pude tomar de él muchas cosas positivas, las mismas que me animaron a escribir esta nota. Sé que Chasman soñaba con actuar en teatro como lo estoy haciendo yo actualmente, él no lo logró porque no se dio, tuvo tantas cosas pero eso que anhelaba no se le dio, Dios sabrá por qué, pero sí, aseguro que cada vez que voy a salir al escenario pienso en él, y cuando recibo e aplauso final miro hacia arriba y se lo dedico con todo mi corazón, sé que me está acompañando, él fue quien cuando me conoció me aprobó diciendo que le agradaba mi técnica, lo mismo que luego hizo el gran Wilson De Caro, pero solo lograron que a partir de ese momento me preocupara en seguir estudiando y preocupándome para no perderla y especialmente para transmitirla, sin egoísmos y por el bien del mismo arte.
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