Durante nueve años, el Círculo Ventrílocuos Argentinos, estuvo abierto a la voluntad de los artistas que se involucraban al mismo ya sea en forma personal, por recomendación, o traídos mediante su autorización, por los referentes del mismo, sus creadores, Miguel Ángel Lembo y Marcelo Melison. Esta circunstancia dio a todos la oportunidad de realizar aportes de todo tipo, personales, económicos, etc.,de demostrar su interés por la ventriloquia y por conformar una entidad que los agrupara. No obstante, el CIVEAR en forma lenta fue creciendo, haciéndose conocer tanto en la República Argentina como en el resto del mundo, con adherentes de otros países que solicitaron involucrarse al mismo.
Sin perder la idea básica de fomentar y mantener vigente el arte de la ventriloquia y de hacer los artistas argentinos, una forma de ir tejiendo una historia nacional al respecto, todo lo ocurrido en los primeros nueve años sirvió para experiencia y así comenzar con una organización estructural de la entidad, distinguiendo a un grupo de artistas que con el tiempo demostraron su inquietud, solidaridad y vocación por el arte, fue durante el último año, es decir, el año 2008, lo que obligó a la conformación de una Comisión Directiva y asignación de tareas a los miembros más frecuentes o que pudiesen aportar parte de su tiempo, ya que jamás se trató de lucrar con esta asociación.
Se recaudó dinero que sirvió para realizar y concretar anhelos proyectados desde los inicios de la idea. La diferencia fue notoria en todo sentido, tanto en la faz personal y profesional interna como a la vista del público argentino y del resto del mundo, involucrando a entidades internacionales que hoy reconocen al CIVEAR como entidad de gran importancia a nivel internacional, calificándola como la primera de habla hispana y segunda vigente de su estilo, correspondiendo el primer lugar históricamente a la Hermandad de Ventrílocuos de Las Vegas EEUU..
De esta forma, se va apuntalando el proyecto luego de tantos años de sacrificio y de trabajar puertas abiertas, las que no se han de cerrar jamás, solamente se ha planteado una estructura necesaria en virtud del prestigio y la experiencia aquilatada y que en breve tiempo también será oficializada como momento culminante de su historia, y las puertas siempre estarán abiertas, valga la redundancia, nadie será obligado, siempre será bien recibido quien decida brindar su apoyo incondicional, con un pensamiento general y no personal, la estrella debe ser el CIVEAR que ha de reconocer a cada uno sus méritos y se los devolverá con creces haciéndolo partícipe de su crecimiento y distinción
Sin perder la idea básica de fomentar y mantener vigente el arte de la ventriloquia y de hacer los artistas argentinos, una forma de ir tejiendo una historia nacional al respecto, todo lo ocurrido en los primeros nueve años sirvió para experiencia y así comenzar con una organización estructural de la entidad, distinguiendo a un grupo de artistas que con el tiempo demostraron su inquietud, solidaridad y vocación por el arte, fue durante el último año, es decir, el año 2008, lo que obligó a la conformación de una Comisión Directiva y asignación de tareas a los miembros más frecuentes o que pudiesen aportar parte de su tiempo, ya que jamás se trató de lucrar con esta asociación.
Se recaudó dinero que sirvió para realizar y concretar anhelos proyectados desde los inicios de la idea. La diferencia fue notoria en todo sentido, tanto en la faz personal y profesional interna como a la vista del público argentino y del resto del mundo, involucrando a entidades internacionales que hoy reconocen al CIVEAR como entidad de gran importancia a nivel internacional, calificándola como la primera de habla hispana y segunda vigente de su estilo, correspondiendo el primer lugar históricamente a la Hermandad de Ventrílocuos de Las Vegas EEUU..
De esta forma, se va apuntalando el proyecto luego de tantos años de sacrificio y de trabajar puertas abiertas, las que no se han de cerrar jamás, solamente se ha planteado una estructura necesaria en virtud del prestigio y la experiencia aquilatada y que en breve tiempo también será oficializada como momento culminante de su historia, y las puertas siempre estarán abiertas, valga la redundancia, nadie será obligado, siempre será bien recibido quien decida brindar su apoyo incondicional, con un pensamiento general y no personal, la estrella debe ser el CIVEAR que ha de reconocer a cada uno sus méritos y se los devolverá con creces haciéndolo partícipe de su crecimiento y distinción
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